viernes, 11 de abril de 2008

VIVE Y DEJA VIVIR..

La conclusión a todo esto sobre los asuntos del enojo y de la ira es que demostrar nuestro enojo tiene graves consecuencias, deberíamos de hacer un arte el contener las reacciones de agresividad que se nos presentan a diario; principalmente por cuestiones de supervivencia. La mejor reacción que podemos tener ante el enojo es dejarlo pasar. Las terapias de meditación, el clásico contar hasta diez, hacer respiraciones profundas, y un sinfín de métodos y artilugios existentes para este fin. La gente con la cabeza caliente hace muy malas elecciones. Su comportamiento es impulsivo. Otro método efectivo: la distracción. Cuando tengas un episodio de ira, procura olvidarte de lo ocurrido. El método de “la vocecita interior”, hacerle caso a esa voz de la conciencia nos puede ayudar. La evasión también funciona. Suena obvio, pero mucha gente no está tan consciente de sus arranques de ira. Y un método de último recurso es la medicación.
La vida en si resulta bella sí bien vale la palabra; por lo que nos queda identificar en cada uno de nosotros los instantes que pueden ser fatales o vitales para evitar traspasar esa línea que nos separa de ese segundo que nos echaría a perder la existencia y la de nuestros seres queridos. Y todo por no contener la ira, el enojo o por haber IGNORADO ante un problema que cuando se acepta es POSIBLE SOLUCIONAR.

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