martes, 27 de mayo de 2008

ESOS CELOS QUE MATAN (PRIMERA PARTE)

¿Quien no se ha puesto alguna vez a dudar de la fidelidad de su pareja? No creo que haya alguno(a) que este exento de que al menos una vez la cabeza se le haya llenado de dudas de todos los tonos y colores; la convivencia en pareja puede ser una levedad cuando la armonía y la confianza no se pierde pero cuando las dudas asaltan la razón y comienzan a robar momentos que antes eran tranquilos, comienza una serie de sucesos que en ocasiones pueden llegar a desenlaces fatales. Los celos son un mal necesario pero aun así deben existir bajo un determinado control de quien los siente. Tanto hombres como mujeres experimentan esta condición de inestabilidad dentro de la relación y los factores pueden tener su origen en situaciones que están arraigadas a casos antiguos de daño a la autoestima pero también hay otros factores como pueden ser los económicos, los estéticos, los culturales y laborales y hasta los de índole social. Sentir celos es normal, pero ¿que tanto es normal y bajo que circunstancias? Todos anhelamos una relación bella y llena de grandes experiencias y agradables momentos pero los nubarrones de la duda no dejan de estar presentes. Algún cambio repentino de actitudes, nuevos gustos, repentinos cambios de costumbres, el hablar constantemente de alguien ajeno al circulo de amistades ya conocidas, mentiras piadosas y otras no tanto; perdida del interés en la otra pareja de un día a otro, disculpas y pretextos para no hacer tal o cual cosa, etc.
Cuando se enciende el sistema de alerta ante la identificación de todo lo anterior; los celos comienzan a aparecer y son como un huracán: van pasando de categoría destructiva conforme pasan las horas e igualmente en algunas ocasiones se disipan sin causar daño pero otras dejan destrucción y dolor. Los celos se alimentan de la duda y del desinterés de despejar las dudas, pueden crecer en la mente de uno y se alejan de la realidad pero dentro de esa mente ya están en una fase destructiva y cuando no hay la atención a solucionar el problema; alguien va a resultar dañado aunque la verdad es que en esto de los celos ambas partes salen dañadas y cosa curiosa es muy poca la diferencia de la cuantificación de los daños: las dos partes pierden. Los celos nos llevan a descubrir oscuras cualidades en nuestra mente, agudizamos los sentidos y la creatividad aunque insana se hace presente, los celos nos convierten en autómatas nos ciegan y nos vuelven sordos; vemos lo que no existe y vemos demás en otros casos; que irónico pero así es. La forma de cómo cada quien siente los celos es muy diversa, hay quien solo se refugia en sí mismo y deja que pase la tempestad; otros ahogan las penas en el alcohol y al ritmo de las más tristes canciones de siempre, pero hay otros que la sangre se les enfría y hacen gala de dotes antes desconocidos en uno: de detective, de espía, de experto en intervención de teléfonos, de hacker, de conseguir datos de instituciones, en fin; uno se transforma en alguien que sólo cuando los celos nos atrapan eso somos.
Pero esto es solo el comienzo por que conforme vamos avanzando y vemos que nuestras sospechas eran ciertas, pasamos de nivel de dificultad pero no le tememos a lo que venga por que estamos dispuestos a dar con la verdad aunque nos parta el corazón lo que podemos encontrar. Hay un dicho al respecto: “El que busca encuentra”… Y así suele ser en la mayoría de los casos, hay quienes hablan de “la intuición femenina” pero también en los hombres existe una intuición así pero recargada. La mujer es más visceral y los celos las trastornan y las dejan fuera de combate y la depresión hace trizas su vida, aunque hay algunas que se toman la afrenta muy en serio y se van con todo y hasta el final sin mirar que encuentren o destruyan. Los celos dañan hasta afuera de la pareja, son como un tornado que conforme se hace más poderoso va absorbiendo lo que encuentra a su paso y en el caso de los celos puede ser que las victimas por el daño colateral sean los hijos, los padres y otros miembros de la familia o amistades cercanas. Equilibrar las fuerzas resulta muy difícil por qué cuando ya uno descubre el engaño ya nada es igual; comienza una mezcla de sentimientos que nos frenan o nos impulsan según sea el caso. Descubrir lo que tiempo atrás ya habíamos sospechado; primeramente nos duele nos hunde en una depresión, nos manda a un mundo oscuro y silencioso… Poco a poco vamos dejando de vivir aunque lo digo metafóricamente; no dejo de reconocer que hubo quien lo hizo literalmente y en toda la extensión de la palabra. Perdemos el apetito, las ganas de asearnos, perdemos peso, las cosas dejan de ser importantes, faltamos a nuestras responsabilidades; comenzamos a parecer un remedo de naufrago pero sin mar. Nuestra mente trabaja a tan baja frecuencia que no nos importan los consejos de los demás, todo va siendo invisible o transparente. ¿Pero por qué es esto así? Porqué el periodo de duelo recién comienza y vamos en la primera parte de ahora autodescubrirnos y saber de lo que somos capaces. Esto de los celos es un extenso tema que bien vale desarrollar a conciencia, no dejen de husmear por aquí, si sospechan que hay una segunda parte están en lo correcto.
No Dejen de ver Nalgas… El verano viene y el calor aligera la manera de vestir.

miércoles, 14 de mayo de 2008

MUCHO CALOR...


En esta temporada de calor las ideas tardan más en fluir, parece ser que el cerebro esta en un eterno letargo y cuesta mucho enfocarse en las ideas que se necesitan publicar; por esta razón creo que la paciencia vendrá bien para no dejar de estar en contacto con los lectores, así que por el momento y mientras consigo enfriar la mente para dejar espacio a la lujuria y a una poca de estupidez; les aconsejaría que no dejen de hidratarse con algún néctar de los que generosamente nos brinda la naturaleza y que la sabiduría del hombre ha industrializado para ser consumida en altas dosis: BEBAN CERVEZA!! Yo regreso pronto con alguna nueva trivialidad que compartirles.

Y NO DEJEN DE VER NALGAS... AHORA ESTAN MEJOR!!